TALLERES

El objetivo del taller es recuperar el ritmo de cada uno, que muchas veces  por “falta de uso” nos olvidamos que existe; explorando y resignificando la riqueza de los recursos que nos brinda.

Utilizaremos la palabra como generadora de ritmos y éstos como gestores naturales del movimiento. Con el ritmo, el cuerpo vuelve a ser protagonista.

Trabajaremos el ritmo a través de improvisaciones con ademanes sonoros y con la voz, juegos de manos, rimas con desplazamientos, coreografías de canciones tradicionales.

Citando a Martenot, un importante pedagogo musical del siglo XX “en el origen, el ritmo era considerado como mágico y conservaba una fuerza que todo profesor debe saber aprovechar. La educación musical debe comenzar por el ritmo en su forma más directa, más rudimentaria, más espontánea”.

Vivimos en un mundo sonoro, de ritmos, cantos, ruidos y  movimientos, que nos acompañan desde el momento mismo que nacemos y antes. Pero ese mundo sonoro del que participamos activamente, cantando, bailando y  moviéndonos, muchas veces se ve “amenazado” por la quietud del “buen oyente”; la televisión, la radio, los reproductores de música nos han vuelto haraganes para crear música, cantarla, bailarla o escucharla.

La propuesta del taller es sumergirnos activamente en el hecho musical, en ritmos que generan las palabras, con ademanes sonoros que hacemos con el cuerpo, con rimas y juegos tradicionales, con juegos de manos, ritmos hechos con objetos, versos que implican movimiento, teniendo como protagonistas principales a la voz y al cuerpo.

Después trabajaremos con la voz cantada: el canto a voces con cánones, quod-libets, con dos o tres voces acompañando la melodía, el canto con coreografías, con acompañamientos rítmicos diversos. 

Duración: 2 horas y 1/2

Requerimientos:

Sillas para los asistentes

Lugar sin interferencias sonoras

Se sugiere asistir con ropa cómoda                                                             
Requerimientos: vasos de plástico duro (no desechable) para hacer ritmos.